En determinadas circunstancias, bien por un entorno en crisis o el ritmo frenético del día a día, no tenemos la posibilidad de acudir a una terapia de manera presencial. Pero eso no quiere decir que no necesitemos recibir atención psicológica de la mano de profesionales.  

Ante todo quiero dejar claro un mensaje, y es que no estás sola/o, sigues teniendo apoyo y toda mi capacidad para ayudarte en esta situación. Por ello, ahora más que nunca debemos hacer uso de nuestras terapias online. 

Hoy estamos rodeados de medios tecnológicos que nos ayudan a salvar la barrera física. Por lo tanto, no te preocupes si necesitas ayuda porque gracias a la tecnología ahora es posible. 

a nuestros seres queridos que necesitamos una hora de privacidad, lo cual pone las condiciones de tranquilidad y privacidad para nuestro tiempo de sesión.

Comenzamos la sesión haciendo un ejercicio que nos ayuda a conectar, a que nuestra relación en sí se vuelva la base segura desde la cual explorar los problemas que en nuestra vida diaria nos están generando sufrimiento o nos están impidiendo cumplir las metas importantes.

El modelo que uso depende de la demanda que tengas, lo importante es que vamos a trabajar de la misma forma que lo hacemos presencialmente, usando ejercicios experienciales, metáforas, tareas entre sesiones que aseguran generalizar los cambios creados en sesión y la propia conversación terapéutica que va generando flexibilidad psicológica.